César
"Mi historia empieza a los 3 años y medio (¡acabo de cumplir 30!). Por lo que me ha contado mi madre, ella detectó que tenía los ganglios de la zona de las ingles inflamados. Al ver este síntoma, acudió al hospital madrileño Ramón y Cajal. Allí mostró a los médicos lo que ella había visto y rápidamente se pusieron manos a la obra para saber cuál era el motivo de la inflamación.
Después de una serie de pruebas determinaron mi enfermedad explicando a mis padres que lo que tenía era cáncer, concretamente un Linfoma no-Hodgkin.
El proceso se preveía duro y lento pero, al coger la enfermedad al principio de su desarrollo, tenía posibilidades de poder curarme. Por entonces, yo era joven, otro punto positivo para que el proceso fuera en algunos aspectos favorable. No es lo mismo que te pase siendo un niño que siendo una persona de edad avanzada.
Recuerdo algunos momentos concretos del proceso: el día que me afeitaron la cabeza, los días de las punciones medulares, los innumerables días de análisis, pruebas, algunos días de ingreso en el hospital, etc.
No os voy a mentir: no recuerdo si fue duro o no. Bueno, las punciones sí que las recuerdo y precisamente no son un camino de rosas. Supongo que muchos momentos a lo largo del proceso no serían buenos pero con tres años uno es apenas consciente de ciertas cosas.
Así estuve hasta los siete años: visitando el hospital, intentando hacer mi vida normal e intentando salir adelante en un proceso tan largo.
Veintiséis años después de pasar todo esto puedo decir que estoy orgulloso de levantarme cada mañana y sonreír. Muchas veces me paro a pensar en la suerte que he tenido, en que menos mal que mis padres actuaron a tiempo, en lo bien que lo hicieron el Dr. Madero y el Dr. Muñoz, dos grandes especialistas en cáncer pediátrico. Les tengo que agradecer el poder sonreír cada día.
César, disfrutando de su pasión, las bicis
Sé que soy afortunado por estar aquí escribiendo estas líneas para toda esa gente que, como yo, está pasando por lo mismo que yo pasé hace tantos años.
Hoy en día, soy un chico de treinta años enamorado de las bicis. Desde hace quince años monto en bici de manera habitual (4 o 5 días por semana), he llegado a competir en algunas disciplinas y cada día que salgo con la bici es un gran día. He colaborado en varias actividades dentro del sector, de las cuales estoy muy orgulloso. Hoy soy guía y monitor en bici de descenso en la sierra de Madrid. En mi tiempo libre, me dedico a eso.
Mi hermano, el mayor, en ocasiones me dice que de pequeño no me dieron quimioterapia sino que me caí en la marmita de Astérix. No paro quieto, a parte de colaborar con una tienda de bicis, tengo otro trabajo, además siempre que se plantea la posibilidad de salir por la noche lo hago, si cabe la posibilidad de viajar junto a mi bici a algún sitio donde pueda pasarlo bien con ella no lo dudo y lo hago.
Sé que pasaréis por momentos duros, que en ocasiones, serán momentos tristes, que vuestros padres y hermanos lo pasaran mal como vosotros, que se os hará largo, que renunciaréis a muchas cosas por la enfermedad, pero sólo pensad una cosa: en cuando estéis curados, en la libertad que recuperaréis, en esa sonrisa que se os marcará cada día cuando os despertéis, en reíros de la vida... Esta batalla la ganaréis como la gané yo.
Hoy día hay medicamentos y soluciones médicas mucho más avanzadas que cuando yo lo viví.
Cuando me ofrecieron la posibilidad de escribir mi historia, no lo dudé por un momento, incluso invité a mi madre a que ella también la escribiera, ya que ella lo vivió igual que yo. Bueno, mis padres y mis hermanos también lo vivieron, pero las madres quizá lo hacen de una manera especial.
Quiero agradecer a la Fundación Josep Carreras la oportunidad de dejarme escribir mi experiencia como afectado de un Linfoma No Hodkin.
Mucho animo a Maxi y Nora y a toda esa gente que esté pasando por lo mismo que hemos pasado muchos, los cuales hoy día andamos por la vida como si de un cuento se tratase.
Besos y abrazos".
César Cristóbal Puerta
Si quieres informarte sobre qué es la donación de médula ósea para ayudar a muchos pacientes de leucemia a tener una oportunidad de curación, haz clic AQUÍ. Recuerda que la donación de médula ósea es altruista, anónima y universal. Si te inscribes como donante de médula ósea, has de estar dispuesto a hacer efectiva la donación para cualquier persona del mundo que lo necesite. Si quieres más información, escríbenos a donants@fcarreras.es o llámanos al teléfono gratuito 900 32 33 34.
También puedes hacerte socio de la Fundación Josep Carreras. Con muy poco, nos ayudarás a continuar investigando.