Enrique
En 2001, Enrique tuvo la oportunidad de que su médula ósea fuese compatible con la de un paciente que la necesitaba. No lo dudó ni un momento e hizo efectiva la donación para intentar salvar una vida. Él lo explica con las siguientes palabras:
"- Existe un miedo del donante que con la esperanza del receptor se convierte en felicidad.
- Antes de la donación: temor para uno, muerte para el otro. Después de la donación: felicidad y vida para los dos.
- Pensar en los demás de vez en cuando hace valorar a los que te rodean y creer que, en vida, puedes ayudar y debes de ayudar.
- Donar hace que la gente se convierta en personas.
- Quisiera explicar tantas cosas que se sienten, que sólo se puede explicar cuando se me ve la cara después de ver a un niño que por uno de los donantes va a poder jugar, o un adulto que va a poder seguir viviendo y pasándolo bien con su familia y amigos".