Jesús Vicente
Todo comenzó un 21 de julio de 2013 cuando fui a mi médico de cabecera para hacerme un análisis de sangre ya que me encontraba un poco flojo de fuerza. Me sacaron sangre a las 8 de la mañana y ese mismo día me llamaron de urgencias del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia a las 15:30 diciéndome que a las 16:00 tenía que estar en la puerta de urgencias para hablar con el hematólogo de guardia. Ahí me dieron la peor noticia de mi vida. Para no asustarme mucho el médico me dijo que tenían que ver la fábrica de mi sangre porque algo no iba bien. Desde ese momento sabía que tenía leucemia.
Ese mismo día me subieron a planta y al día siguiente me hicieron la prueba de la médula y me dijeron que al día siguiente ya sabrían algo. Efectivamente al día siguiente, a las 10 de la mañana, el médico entró en mi habitación y me confirmó la sospecha; tenía leucemia mieloide aguda. En ese momento me sentí enfadado con el mundo pero me di cuenta que tenía que tirar para adelante porque no veía justo hacer sufrir a tanta gente que me quiere y están a mi alrededor. Esa misma tarde empecé con el tratamiento de quimioterapia. Pasé unos días malísimos y pensaba que no salía de esa pero mis fuerzas y mis ganas de vivir me sacaron poco a poco adelante.
Cuando terminé con el tratamiento y empezó mi cuerpo a fabricar defensas me dieron una buena noticia dentro de todo lo malo que en ese momento estaba pasando. ¡El único hermano que tenga era compatible conmigo! Después de volver a casa me volvieron a hacer el mismo tratamiento que la primera vez pero, esta vez, no me puse tan malo. Después de otros 40 días ingresado volví a casa y pasados 5 días volví al hospital ya para la recta final; el tan deseado trasplante de médula. El día 11 de noviembre de 2013 me trasplantaron la médula de mi hermano y unos cuantos días después, por fin, estaba en casa definitivamente.
A día de hoy sigo con medicación pero con muchas ganas de vivir y comerme el mundo. Una de las cosas que me ayudó mucho fue el ánimo y las ganas de salir para adelante. Le tengo que agradecer mucho a mi familia, a mis amigos y a todas aquellas personas que, sin pedir nada a cambio, estaban a mi lado de una forma u otra. Y sobre todo a mi hermano. ¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!