Me llamo Marcela y les voy a contar como fue mi paso por esta enfermedad. Durante mucho tiempo me sentía muy cansada, y yo lo atribuía al estrés. Entonces comenzaron los picores, aunque como era verano pensé que se trataba de algún tipo de insolación. Al poco tiempo comencé a padecer altas fiebres –de más de 40 grados- y terribles dolores lumbares.

Fui al médico y, tras hacerme varios análisis me diagnosticaron anemia. Cada vez estaba peor: sudaba tanto que tuvimos que cambiar el colchón dos veces. Mi estado era lamentable, me costaba respirar y apenas podía levantarme de la cama. Perdí mucho peso, como unos 15 kilos, por lo que decidimos cambiar de médico. Me aparecieron dos bolitas al costado del cuello y me realizaron una biopsia; mi diagnóstico era Linfoma de Hodgkin estadio 3b, con afectación al hígado, bazo y un pequeño derrame en el pulmón.

La verdad es que yo estaba muy animada ya que por fin sabía lo que tenía y que podía curarme. Además, tenía a mi hijo recién nacido y tenía que salir sí o sí, aunque a decir verdad, también pasé mucho miedo.

Por suerte, mi médula no estaba afectada, por lo que comencé el tratamiento de quimio y radioterapia. Fue duro, no os voy a engañar, pero ya han pasado casi seis años y medio y estoy en remisión. Hay que concentrarse en el objetivo, no en el camino, y el mío era estar sana y poder disfrutar de la vida y de mi hijo.

El 15 de septiembre es el día mundial de concienciación del Linfoma, por lo que me pidieron que contase mi historia, así que, aquí os la regalo. Solo tengo palabras de agradecimiento para todos los que me brindaron y me brindan amor, a 'Linfomas Argentina' que me ayudó tanto con la consulta psicológica, el taller de belleza y, como no, lo más lindo que fue poder conocer personas tan bellas que ya puedo llamar familia. Eso es hermoso.

¡Un beso enorme para todos!