Marta.
Éste es el testimonio de Marta, que donó su médula ósea para una paciente norteamericana con leucemia.
"Me llamo Marta, vivo en Mazarrón, un pueblo situado en la provincia de Murcia, tengo 26 años y hace cuatro que doné la médula ósea, aproximadamente después de dos años en el Registro de Donantes de Médula.
Recuerdo que el día que me anunciaron que mi médula era compatible con la de una mujer enferma de leucemia y que podía ayudar a salvarle la vida sentí una gran ilusión dentro de mí, que todavía hoy no puedo explicar con palabras. Es muy especial sentir que en algún lugar del mundo hay una persona que vive gracias a mí, y más especial aún saber que, en cuanto a sangre, somos casi idénticas. Por eso, aunque no la conozco, para mi es mi hermana americana.
La sensación que tengo es que, en estos casos, siempre se recibe más de lo que se da. La intervención para extraer la médula es muy sencilla, someterse a una operación así no significa nada comparado con lo que significa salvar una vida. Recuerdo que al día siguiente de la donación, aún en el hospital, uno de mis familiares me preguntó si volvería a hacerlo, "sin duda", contesté.
Ahora que ha pasado el tiempo, mis sentimientos no han cambiado, me acuerdo todos los días de mi "hermana americana". Afortunadamente, mi vida me va bien en todos los aspectos, sin embargo, todavía no he sentido una satisfacción igual que la que sentí cuando supe que mi médula había salvado a una persona.
Aprovecho la ocasión para agradecer a la Fundación Internacional Josep Carreras por todo su interés y por la atención prestada. Gracias y me tienen para lo que necesiten.
Marta"