Marta
Marta donó su médula ósea para un paciente alemán en el año 2005. Así es como lo vivió:
"Durante el tratamiento antes de la donación tuve sensación de cansancio. El día de la donación me sentí agotada. A los 3 días, cuando todo ha pasado te sientes muy bien, te das cuenta de la poca importancia que tiene y sólo deseas que el resultado haya sido el mejor. Definitivamente, MERECE LA PENA".