Neus
"Hola soy Neus Saumell, tengo 40 años, estoy divorciada y tengo dos mellizos (niño y niña) de 7 años. Vivimos en Vilafranca del Penedès (Barcelona) Un 16 de diciembre de 2009 fui al hospital de mi pueblo por unas fuertes molestias en el costado y, después de una analítica, el médico me dijo que me tenía que mandar a Bellvitge porque tenía leucemia y allí no tenían los medios para hacer un aspirado de médula ósea.
Me mandaron en una ambulancia hacia allí. Cuando escuché la palabra leucemia pensé en que me iba a morir. ¿Qué sería de mis hijos? (su padre nos dejó cuando tenían 3 meses y no se hace cargo de ellos). En fin mil pensamientos de desespero. Cuando llegue allí me hicieron muchas pruebas para detectar el tipo de leucemia y un montón de transfusiones de sangre, plaquetas y plasma. Directamente, me ingresaron en el ICO de l'Hospitalet de Llobregat (Hospital Duran i Reynals).
Los doctores me contaron el proceso y tenían que averiguar qué tipo de leucemia tenía para poder saber si requería un trasplante o no. Durante esos días el estado era de shock total. Todo pasaba con una gran rapidez. El ingreso en la séptima planta de hematología fue largo: 30 días en los que no pude ver a mis hijos.
En el segundo ingreso fue el mismo procedimiento de quimioterapia. Pero ya conocía a compañeros que también estaban ingresados y a las estupendas enfermeras y auxiliares que eran de gran consuelo. En este segundo ingreso ya me dijeron que mi tipo de enfermedad era leucemia mieloide aguda M4, que en un principio necesitaría un trasplante de médula ósea y que harían los análisis a mis tres hermanos.
Trasplante era una palabra que me horrorizaba. Era el último recurso para curar mi leucemia. Este segundo ingreso fue muy largo, mis defensas no subían y estuve 45 días ingresada. Por suerte me visitaban mis niños y conté con la gran compañía de mi familia que no me dejó sola ni de día ni de noche. La noticia llegó y uno de mis hermanos (el mayor, Josep) era cien por cien compatible conmigo.
Antes del tercer ingreso para el trasplante, a los dos nos contaron cómo funcionaba todo. El 1 de abril de 2010 a las 12 del mediodía me hicieron el trasplante. Parecía mentira que en una pequeña bolsita pudiera haber lo que me salvaría la vida. A los 23 días me dieron el alta hospitalaria.
Durante las primeras semanas estaba llena de pánico: ¿y si había rechazo? ¿y si volvía a recaer?. Pero pensé que si había tenido una segunda oportunidad para qué iba a desaprovecharla pasando los días triste por si volvía a enfermar y retomé el lema que tenía en la habitación del hospital y el que ahora tengo en casa "CARPE DIEM" (vive el momento). Es el lema que me propongo en cada despertar.
Despertar cada día y ver cómo mis hijos van creciendo no tiene precio. Yo tuve la gran suerte de que mi hermano pudo darme su médula. Pero hay un montón de compañeros que no tenían esa suerte y estaban pendientes de un donante. Sólo nos damos cuenta de ello cuando lo necesitamos pero, si podemos, por qué no ayudar a tantas personas que necesitan un donante- Todas ellas somos personas de diferentes edades pero con ganas de seguir VIVIENDO.
Yo actualmente me siento muy implicada con esta causa y siento impotencia por no tener muchos más recursos para hacer ver a mucha gente lo fácil que es hacerse donante. PORQUE NOS LO MERECEMOS, MERECEMOS NUESTRA SEGUNDA OPORTUNIDAD.
¡¡CARPE DIEM AMIGOS!!