Me llamo Núria y tengo 33 años. El 14 de diciembre de 2007 me diagnosticaron una Leucemia mieloide aguda con inversión del cromosoma 16. Aquel día me quedé sin poder ir a la cena de Navidad del trabajo, y empezó un camino completamente desconocido para mí.

Hacía seis meses que me había casado y disfrutaba de una pareja, un trabajo, unos amigos y una familia, pero aquel 14 de diciembre, por un momento, todo esto se derrumbó.

Afortunadamente sólo fue un momento, porque gracias al apoyo incondicional de Toni, mi marido, la familia, los amigos y el gran equipo de médicos y enfermeras del Hospital Duran i Reynals (de Barcelona), fui pasando cuatro meses de incertidumbre y tratamientos muy duros. Fue un tiempo muy largo y pesado para todos, pero también fueron cuatro meses en los que me dí cuenta de que estaba rodeada de personas estupendas, que fueron capaces de no dejarme ni un momento, aunque también respetaron muy bien mi espacio.

No fue necesario hacer un transplante de médula ósea. Seguí haciendo controles y, ocho meses más tarde, tuve la mejor prueba de que había ganado yo la batalla contra la Leucemia: ¡¡¡¡¡me había quedado embarazada!!!!!

En el momento del diagnóstico de la Leucemia tenía unos planes de futuro: VIVIR; pero ahora, con mi hijo Martí de cuatro meses por casa, tengo otro: SEGUIR VIVIENDO, PERO SIN DEJAR DE DISFRUTAR CADA MOMENTO.

Es importante disfrutar y saborear al máximo los buenos momentos de la vida porque, si se acaban y vinieran malos, nos den fuerzas para luchar contra ellos.

Con este mensaje quiero apoyar a todas aquellas personas que están pasando por una situación parecida a la mí, darles ánimos y mostrarles que es posible superar la Leucemia y que, incluso después de estos tratamientos tan duros, TODO vuelve a la normalidad.

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