Víctor
Hola, soy Víctor y tengo 30 años. Vivo en Mutxamel, un pueblo muy bonito de Alicante. Cuando tenía 23 años, me llevé uno de los disgustos más grandes de mi vida, me diagnosticaron leucemia.
Todo empezó a finales del año 2003, con un resfriado que duró muchísimo. En Nochevieja me fui de viaje a Sierra Nevada. Mientras esquiaba por las pistas, me notaba muy cansado, pero no le di importancia, ya que la noche anterior había sido dura, ¡¡¡jejeje!!! Cuando regresé a Alicante, a los pocos días, sobre el 6 ó 7 de enero, me salió un absceso de pus en el rabillo del culete y me fui al hospital donde finalmente me lo quitaron. Estuve unas semanas bastante malito y al final, el día 18, volví al Hospital de San Juan, donde me comunicaron que había algo que no era normal. Me mandaron a Alicante y una doctora de allí, un poco rara, todo hay que decirlo, me dijo que parecía que se trataba de una leucemia. Yo me quedé atónito, ¿leuce... qué?, ¿cómo que parece? Esa doctora lo dijo como si fuera una torcedura de pie, me quedé alucinado. Después, con más calma, vino un médico, el Dr. Pascual Fernández, el cual, casualidades de la vida, vive en mi pueblo, a 50 metros de mi casa. Me explicó cómo era todo y que tenía que saber de qué tipo era mi leucemia. Empezarían con el tratamiento de inmediato. Quiero agradecer a este estupendo médico todo lo que hizo por mí y sigue haciendo.
Me llevaron a una habitación de la sexta planta, hematología, la cual sería mi casa durante todo el tiempo que estuve en Alicante, ya que mis salidas del hospital eran muy cortas. Empezaron poniéndome quimio. Durante un mes estuve muy malito porque no se me iba la fiebre y tenía puestos varios goteros de todas clases y colores. Cuando la fiebre remitió y estaba convencido de que me iría a casa, volvió a aparecer de nuevo y fue cuando la Dra. Blanca, me comentó que la enfermedad no había desaparecido y que tenía que ponerme otro ciclo de quimio. Recuerdo que eso fue un viernes, así que me dejó ir a casa y el lunes a las ocho de la mañana, empezamos con el segundo ciclo, el cual fue un "paseo", ya que yo estaba mejor físicamente y no tuve más fiebres. En ese segundo ciclo, ya entré en remisión, ¡¡¡menos mal!!! La cosa pintaba mejor porque antes nadie daba un duro por mí, ¡¡jejeje!! Volví a descansar una semanita y llegó el ciclo de consolidación, para después esperar a que apareciera un donante compatible conmigo, puesto que mi hermana no lo era, ¡¡qué mal le supo a la pobre!! Aunque de todas maneras, ella también fue una persona muy importante para que yo me curara. Mientras estaba con ese ciclo, apareció un donante de cordón umbilical en Alemania. Me mandaron al Hospital La Fe de Valencia el 3 de mayo. Allí mantuve una reunión con el Dr. Guillermo Sanz. Cuando lo vi, me pareció el doctor chiflado, pero después de hablar con él y explicarme todo con detenimiento y detalles, pensé que con ese tipo de persona, no me podía pasar nada malo, lo decía todo tan seguro....., que cuando salí de allí, me dijo "Victor, te vas a curar". Esas palabras no las olvidaré en la vida.
Antes del trasplante, tuve un pequeño susto: una sepsis provocó que subiera la fiebre esa noche. Había más médicos y máquinas conmigo que en todo el hospital pero al final lo pudieron solucionar y todo pasó. El día 24 de mayo me hicieron el trasplante. Esa etapa fue la más aburrida del mundo, aunque menos mal que estaba acompañado por mi madre y después por mi hermana y me pasaba muchas horas durmiendo. El 22 de junio, mi médico, el Dr. Jaime Sanz, un crack de tío, me dijo que ya me podía ir a casa. ¡¡Ufff!! esas fueron las mejores palabras: "ir" y "casa". Salí del hospital y me quedé en un piso que habíamos alquilado, ya que todos los días tenía que ir para hacerme unos análisis y ponerme sangre o plaquetas, aunque por suerte, me hicieron falta poquito. Después de estar una temporadita yendo todas las semanas a revisión, me mandaron visita cada 15 días, después cada mes y luego ya cada 3 meses, etc., hasta que empecé a ir anualmente y en eso estoy.
Ahora vivo mi vida como mejor puedo. De lo que sí estoy seguro es que ahora la vida es diferente para mí, las cosas no tienen el mismo sentido que antes, los problemas son "menos problemas". ¿Qué planes tengo? Pues los que tenía cuando estaba enfermo los he ido cumpliendo: volver a trabajar, viajar, casarme..., en fin, recuperar la vida que había dejado aparcada. Los que tengo ahora, son vivir como mejor pueda, con mi mujer y mi familia, tener hijos, tener mi propio negocio y un largo etc., que conlleva la vida.
Para terminar, quiero agradecer a mi familia, amigos y todos los que estuvieron a mi lado durante todos esos momentos vividos. ¡¡MUCHAS GRACIAS!!
Y para vosotros que estáis ahora en un momento difícil de la vida, tranquilos, que todo llega y se pasa, esto tenéis que tomarlo como una experiencia más de la vida, que estoy convencido que también os traerá algo bueno. Suerte y ánimo para todos, pronto estaréis escribiendo unas líneas parecidas a éstas y riéndoos de todo.
Un fuerte abrazo,
Víctor
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