Yolanda

Me llamo Yolanda, tengo 26 años y me encanta el guaraná. Nací el 5 de abril, soy Aries, soy muy cabezota y después de un año y cuatro meses... ¡HE GANADO LA BATALLA!

A lo largo de estos meses he vivido muchos momentos; momentos duros, momentos tristes, momentos malos, momentos dolorosos... Pero son momentos que afortunadamente he ido olvidando con el paso del tiempo y a día de hoy ya no los recuerdo. Siempre con una sonrisa en la cara, de buen humor, intentando ser positiva, viendo siempre el lado bueno de las cosas, feliz, muy feliz, luchando día tras día, intentando hacer feliz a los demás, aprendiendo de cada mínimo detalle, aprendiendo a ser paciente, descubriendo cosas nuevas, poco a poco, paso a paso.

Mi vida ha cambiado por completo. He vivido experiencias inolvidables, momentos buenos, muy buenos, momentos muy emocionantes...

He cumplido mi sueño, ha habido cambios, momentos mágicos, momentos de locura, un día especial para verte sonreír, momentos de relajación absoluta, momentos para mí, para conocerme a mí misma y dejarme llevar.

Hospital Puerta de Hierro, Majadahonda, tercera planta, módulo A, habitación 318, 17 días encerrada en la habitación, 31 días ingresada, 744 horas para asimilar, 16 meses, 44.640 minutos para darme cuenta de que no hay nada peor que no poder ver a tu familia, a tus amigos, no poder abrazarles, no poder besarles, no poder estar con ellos... No poder dormir en tu cama, no poder salir corriendo sin que nadie te persiga, no poder comprometerte a largo plazo, no poder saborear tu plato preferido, no poder levantarte de la cama, no poder salir a la calle bajo la lluvia y notar como te calas hasta los huesos, no poder disfrutar de unas vacaciones, no poder hacer lo que hace una persona normal, no poder tener las preocupaciones que tiene una persona de tu edad, no poder hacer nada por miedo a empeorar.

Ha sido duro, muy duro. Mucha espera, un día y otro día más, mucho esfuerzo, otro día y otro día más, pero ha merecido la pena porque he vuelto a nacer. Mi vida ahora tiene otro sentido, asimilé todo lo que he pasado estos meses los días que estuve ingresada, ha sido una de las experiencias más revitalizantes de toda mi vida, he conseguido sacar lo mejor de mí, explotar mi lado creativo, mi lado más sensible y mi lado más humano.

He conseguido arrancar mil sonrisas, he conseguido emocionar a gente, he conocido personas maravillosas que me han dado muchas lecciones, gente que no va sólo a trabajar, su rutina es ver cómo un enfermo lucha por recuperar su vida de antes, su rutina es cuidar de alguien que desea una rutina. Es gente única, maravillosa, excepcional... Es toda una familia. Es mi segunda familia. Toda la planta de hematología sin excepción alguna.

He aprendido que cada uno es responsable de sus actos, he aprendido que el destino está escrito, he aprendido que no importa lo difícil que sea el camino, si tienes ganas de luchar puedes llegar hasta donde tú quieras. Hay que levantarse, plantarle cara a la vida, salir a la calle, coger aire y echar a correr. Aprovechar que estamos vivos, vivir a tope, dejar de lamentarnos por nuestras rutinas, dejar de pensar en cosas negativas, no vale decir "no puedo", no vale rendirse porque cuando menos te lo esperas te surge un contratiempo. Deseas tener una rutina como cualquier persona normal, deseas ser una persona normal. ¿Quién dice que la vida es injusta? Quien se levanta todas las mañanas vivo, lo tiene todo.

Ahora sí que puedo decirlo en voz alta: "no sabes lo fuerte que eres hasta que la vida te pone a prueba" y ahora que todo ha pasado sé que puedo con todo esto y mucho más.

Gracias porque en mis días tristes aparecéis todos vosotros en mi mente y me dais fuerzas para mantenerme en pie. Porque vosotros me habéis enseñado que sólo puedo seguir disfrutando de la vida si mantengo la ilusión y las ganas de vivir siendo optimista siempre. Porque después de mucha incertidumbre, espera y agonía, vas viendo el final del túnel y descubres que lo mejor está por llegar.

Hace 4 años me diagnosticaron un Linfoma de Hodgkin y después de muchos ciclos de quimioterapia y un autotrasplante de médula, gané la batalla. Ahora mismo me encuentro fenomenal, hago vida totalmente normal, soy una persona nueva, feliz, sana y con mucha suerte de haber pasado por una situación así porque, al final, mi enfermedad me dio más cosas buenas que malas. Me ha enseñado a ser muy optimista y a superar todo lo que me proponga. No hay nada que no puedas conseguir si le pones ganas. Nada. En diciembre hará 3 años de este vídeo que hice contando mi experiencia:

Página web actualizada 01/12/2023 13:27:05